Randall Roberts, del LA Times ha escrito sobre #Beautiful:
Esta mañana me levanté demasiado temprano, chequeé mi Twitter y leí la crítica musical de Maura Johnston que declaraba que Mariah Carey había sacado la «canción del verano». Me quejé, me di la vuelta e intenté volver a dormir, lleno de escepticismo y temor.
Después de todo, ya había acumulado pruebas en su contra: la canción contiene un hashtag, se llama «#Beautiful», y cuenta con una de las palabras más usadas en exceso en el idioma Inglés. Tonta, trendy y típica, la juzgué «snobmente», antes de haber escuchado si quiera un poco.
Mientras hacía café unas horas más tarde, el ordenador esperaba, los auriculares también ¿Usará la palabra «almohadilla» en la letra? ¿Será sobre, prohibir, tweet de amor? ¿Porqué Miguel, uno de los cantantes jóvenes de R&B del momento, participaría en tal sinsentido?
Mariah y Miguel ahora han respondido, y yo estoy luchando por ajustar el lunes a la realidad de que #Beautiful puede que sea la canción del verano. A pesar de la almohadilla y de la cautela, #Beautiful se acerca a la canción de pop perfecta lanzada en 2013. Producida por Miguel y Carey, la canción es valiente y vital, llena de rasgueo, bajos sucios y una seductora e inmediatamente pegadiza melodía y suficiente percusión para poner el motor en marcha.
Desde la primera linea, entregada por Miguel, la canción te lleva a la carretera: «Súbete a la parte trasera de mi moto, deja que aire frío se cuele por tu pelo», canta. Miguel, el cantante nacido en San Pedro cuyo disco «Kaleidoscope Dream» fue uno de los mejores de 2012, se marcha con su chica sobre la moto, con el carisma de una superestrella».
Ellos navegan a través de la noche, Miguel cantando acerca de su belleza, mientras que él le aconseja que «deja que la luz de la luna bese tu piel.» Casi se puede ver una luz de luna, en el Pacífico, mientras ruedan por PCH.
Luego, al final, Carey responde.
«Me gusta cuando pasas las luces rojas, no pares hasta que me emociones», canta ella para consternación de las madres y de los policías de tráfico de todo el mundo. Ella ni siquiera llega a su propia canción hasta la tercera parte, cediendo a Miguel el tono de gloria con la confianza de alguien que sabe que ella puede elevar su verso hasta igualar a cualquiera que se ponga en su camino. Cuando lo hace, parece que brilla sin esfuerzo.
La canción acaba en el momento exacto que debe. No hay grasa: 3 minutos y 22 segundos, cerrando con unas voces superpuestas que flotan en los oidos como una brisa, desapareciendo como si Miguel y Carey hubieran apretado el acelerador y nos dejaran atrás.
Fuente: LA Times :: MundoMariah