Uno solo puede imaginar lo que Mariah Carey estaba pensando cuando echó un vistazo al público de Perth en la noche del domingo, cubierto con ponchos de plástico blancos.
Algunos estaban vestidos de punta en blanco con vestidos y smokings, pero como la lluvia persistía, la moda quedó en un segundo plano. Cuando los ponchos se agotaron, algunos ofrecían comprar a la gente bolsas de basura. Con clase.
La «cantante esquiva» dio vida a su nombre al principio, pues el concierto se retrasó media hora hasta que los organizadores secaron el escenario al menos tres veces, antes de que el tiempo mejorara.
Cuatro enérgicos bailarines y tres excelentes cantantes dieron comienzo con la versión de Bobby Womack «Across 110th Street», antes de que Carey llegara.
Vestida con una blusa brillante, mini falda y un guante metálico en su mano derecha, comezó el show con su éxito de mediados de los 90, Fantasy, aunque su voz en un principio era indistinguible de la de la canción de fondo.
Luego continuó con una buena rendición de Touch My Body, con la que mostró a la audiencia su increíble rango vocal. Las mopas volvieron a secar antes de Shake It Off, y Carey hizo un ademán de ayudar, lo que hizo que los fans se rieran.
«Está lloviendo, está lloviendo con fuerza el amor de mi vida me aburre hasta llorar, tras todos estos años», cantó. Esas lineas que son la apertura de la canción de Barbra Streisand con Donna Summers, No More Tears (Enough is Enough), parecían tener más sentido con la reciente ruptura de Carey con su marido Nick Cannon, padre de sus mellizos de tres años, Monroe y Moroccan.
«Cuando era una niña, yo pensaba que «ella lo está contando», pero ahora sé que es una canción. Son solo canciones. Me refiero, realmente, o es algo más profundo?, preguntó. «Estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tenemos. Es un escenario mojado, pero estamos en Australia, y es nuestro primer concierto. Este es el lugar más bonito del mundo».
Carey interrumpió gran parte de su set con una sarta de comentarios de concienciación, los cuales a veces eran hilarantes, y de vez en cuando con acento británico. Ella parecía disfrutar de hacer gracias sobre si misma, algo bien recibido por el público, pero tuvo algunos momentos pasivo-agresivos lo que dejó entrever su reputación de diva.
Durante Emotions, Carey demostró su fuerza con su registro de silbido, su sonido más conocido. Su primer intento no dio la talla pero rápidamente se reorganizó y probó que su rango de cinco octavas estaba en forma, a pesar de los reportes que decían lo contrario.
Luego vino uno de los muchos descansos durante el concierto, con un estribillo de Emotions por sus capaces coristas que al menos duró 10 minutos.
Parte de la duración fue que Carey volvió al escenario con un nuevo traje, un vestido negro, y un nuevo micrófono, pues dijo que tuvo problemas con el que estaba usando. Ella se recostó sobre el piano para cantar Cry, de su Elusive Chanteuse, y pidió a los fans que «escucharan las palabras». Ese piano la acompañó durante su versión de Lullab Of Birland de Ella Fitzgerald y con Fly Like A Bird, la cual pareció ser la señal para mucha gente para ir a los bares a buscar más bebidas.
Carey llegó a Perth el viernes y fue sorprendida con una bienvenida temática de Halloween organizada por el promotor en su hotel, el Richardson de West Perth. «Fuimos de truco o trato con dembabies!», exclamó. También mencionó lo de nadar con los delfines en la costa oeste de Australia, antes de seguir el concierto con My All. Carey mantuvo un tono sombrío durante toda la canción y no hizo el poderoso final de la versión de estudio.
Tras otro descanso, la cantante regresó con malas noticias. «Tenéis regulaciones estrictas y tenemos que seguir las reglas. Tenemos que cortar o el Honey/Thirsty/Meteorite o el Car Ride Medley, que es un medley de canciones antiguas que son favoritas de los fans», explicó. «Que queréis que haga, porque tengo que decírselo».
Finalmente, el público prefirió la primera opción, pero la siguiente canción que cantó fue I’m That Chick, antes de que Carey se tomara otro largo descanso del escenario.
Tras 10 minutos de introducción de la banda y la reproducción de parte del videoclip de Honey, Carey reapareció con un vestido azul ajustado. Ella se quitó un guante negro y lo lanzó con seducción a la audiencia, antes de cantar Honey y Thirsty. Meteorite fue eliminada del set finalmente.
«El tiempo se va, se va, se va…» cantó, a modo de explicación. «Esta es una canción que escribí hace mucho pero todavía la canto para ustedes esta noche, si estamos en la clave correcta». La canción fue Hero, y la actuación fue lo más destacado de la noche.
Mientras que muchos vitorearon con entusiasmo la canción distintiva, las cosas no estaban tan alegres en la parte delantera del escenario. Una joven pareja posiblemente haya entrado en el libro de los récords por ser los únicos asistentes a un concierto de Mariah Carey que hayan sido expulsados por la fuerza.
La madre de dos bebes dedicó Supernatural a sus hijos y Carey se tomó un momento para responder a lo que sonó a las voces de unos bebés viniendo desde un lado del escenario.
La canción final fue la irremediablemente romántica We Belong Together, entregada impecablemente, y dejando a la audiencia con ganas de más. Para ese punto, el reloj ya había sobrepasado las 22:00.
Muchos lanzaron una mirada asesina al vacío escenario esperando por un bis que nunca llegó.
El setlist final fue
- Fantasy
- Touch My Body
- Shake It Off
- Emotions
- Cry
- Lullaby of Birdland
- Fly Like A Bird
- My All
- I’m That Chick
- Honey
- Thirsty
- Hero
- Supernatural
- We Belong Together
Fuente: The Sidney Morning Herald :: MundoMariah
